De izquierda a derecha: Thairis y Ema (New York), Yvette (Australia). |
Mi lindo Pujilí tiene tantos lugares qué visitar,
uno mejor que otro; pero el preferido de quien llega a hacer turismo, resulta
ser a donde los lleve el camino. Y fue algo que me pasó este fin de semana,
cuando tres maestras extranjeras de mi hermana (dos de New York y una de
Australia) quisieron ver lo que ofrece este cantón.
Sus nombres: Thairis, Emma e Yvette, quienes en
compañía de mi hermana, Jenny, viajaron desde Quito para ser partícipes de las
tan conocidas Octavas de Corpus Christi. El clima acompañó, pues dándole
gracias al cielo, no llovió. En lo que terminó el desfile, buscamos una
discoteca en la que nos pudiéramos divertir un poco, encontrar a viejas
amistades y conocer nuevas. Esto de hacer vida social, no resultó tan difícil.
Ellas no quisieron dormir en un hotel, así que en
casa tuvimos que preparan camas para las visitas, y una vez más se comprobó que
la humildad no tiene límites y es un buen requisito para hacer buenas
amistades.
Sin planificación alguna, el siguiente lugar a
visitar sería la Plaza de hierbas, conocida así por la feria que en el lugar se
realiza los días miércoles y viernes. En dicho lugar se dio el tradicional
levantamiento de ‘castillos’, lugares en donde los pujilences ofendan ropa,
alimentos y plásticos para que quien tenga el valor de subir a semejante
altura, se los llevara. Mis tres nuevas amigas, quedaron asombradas, pero la
aventura tenía que continuar.
Cima del Sinchaguasín. |
Luego de caminar por las estrechas y empedradas
calles de Pujilí, optamos por subir las gradas del Sinchaguasín. La expectativa
era llegar hasta la cima, y lo hicimos. La majestuosidad del paisaje daba
espacio a hacer varias reflexiones sobre la vida, sobre lo pequeños que somos
en ella, sobre lo poco que hacemos por ella… Por un momento fui su guía
turística, y me dio tanto gusto compartirles algo de historia o una breve
descripción de algunos rincones de Pujilí.
El hacer turismo involucra voluntad de ver más allá
de lo que se puede observar, y es algo de lo que pudimos hacer Yvette, Thairis
y Emma, puesto que tenían que regresar a Quito para poder descansar y empezar
una nueva semana de labores.
Por: Ibeth Olmos
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