Pie
de foto 1.San Clemente de Brazales saluda a
propios y extraños.
A
pocos pasos de la ciudad de Latacunga perteneciente a la parroquia Eloy Alfaro,
en la cima de una colina, existe un barrio de nombre San Clemente de Brazales,
aquí la gente es trabajadora, humilde y católica de corazón. Habitan alrededor
de 200 socios, tienen al frente un presidente, Jesús Alvares y la directiva.
Ellos tienen la obligación de velar por 2 años el bienestar de su gente.
El
origen del nombre se desconoce a profundidad
Néstor Ricardo Osorio Proaño, exsecretario por 20 años, ha vivido 72 años en el barrio “siempre se
conocía como Brazales, había un señor muy respetado con ese apellido, Sixto
Brazales la gente empezó a llamar así”. Don Abelardo Álvarez también respalda esa versión. Los dos
moradores coinciden que, en algún tiempo atrás llegaron unos Padres
Redentoristas nombrando al barrio San Clemente, entonces la gente pronuncio un
descontento con el nombre, es así que termino por llamarse San Clemente de
Brazales.
Pie de foto 2. María Betzabe, esposa de Cesar Palma, relata
vivencias, tradiciones, costumbres del San Clemente de Brazales
.
Tiempo
atrás el barrio fue considerado como el pionero en dedicarse exclusivamente a
moler granos, pues la mayor parte de las personas trabajaba en los molinos; las
mujeres tostaban el grano, los hombres labraban los terrenos. Los propietarios
de molinos que se dedicaban a esta labor; Leónidas Tapia, Cesar Palma, Abelardo
Alvares, Enrique Corrales, Gonzalo Osorio. Años más tarde las familias auténticas
de esta profesión migraron a San Felipe. En la actualidad los pocos que quedan han
dejado de utilizar las maquinas porque las personas ya no acuden a moler sus
granos; falta de cultivadores que se dediquen a la agricultura a mayor escala.
La
migración redujo el 30 % de familias
entre ellas; la familia Corrales,
Brazales, Vaca, Osorio, Ayala, entre otros. El
alimento que más degustaba la gente era las deliciosas harinas de trigo,
cebada, maíz, y sobre todo el rico sabor de la ¡machica calientita! .Recuerdos
que están impregnados en la piel de los moradores más antiguos de San Clemente
de Brazales. Un patrimonio que hay que
preservar, con su vivir y sentir.
Por:
Lilia Cofre
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